BULLYING CRISTIANO

Esta conducta llamada “bullying” comúnmente se le encuentra en el área estudiantil, donde los estudiantes son mofados por su conducta, su manera de vestir y su aspecto físico y en algunos casos son maltratados físicamente. Lo cierto es que esto no solo se encuentra en esta área, también lo podemos encontrar en la calle, en la casa, área de trabajo…etc. Alguien podría preguntar: ¿Se puede dar esa conducta en la iglesia?
Antes de responder a la pregunta veamos la definición de acoso.
¿Qué es el Acoso?
Así se define: “cuando una persona hostiga, persigue o molesta a otra, está incurriendo en algún tipo de acoso. El verbo acosar refiere a una acción o una conducta que implica generar una incomodidad o disconformidad en el otro”.
Habiendo explicado esto pasemos a nuestro tema en cuestión. Esto puede verse en dos ámbitos: La primera es fuera de la iglesia y la segunda es dentro.
Veamos la primera.
Años atrás para muchos era de admiración que alguien se llamase cristiano, hasta te felicitaban por eso, solo una minoría al día de hoy lo consideran bueno. Tristemente la mente moderna de este siglo se está encargando de cambiar eso, a tal punto que llamarse Cristiano en la actualidad es sinónimo de burla. Por ejemplo te podrían decir: “santo, religioso, anticuado, aburrido, irrespetuoso”…etc. Todo eso sucede por el simple hecho de ser seguidor de Cristo y decir las cosas tal como son e incluso esto lleva a ser maltratado físicamente.
Veamos la segunda
Aunque no lo crean y es lamentable el bullying o acoso está dentro de la iglesia, y los que suelen experimentar esto son: las mujeres, los jóvenes y en algunos casos los hombres.
Todo eso sucede por aquello que ya he explicado en temas anteriores: “el vestir”. Me apena que a manera de bullying o de burla le digan a una hermana en la fe que es Jezabel, mundana o pecadora por el simple hecho de vestir ciertas modas que la biblia no prohíbe, o en el caso de los jóvenes por el tipo de música que escuchan o por practicar deportes, y en el caso de los hombres por dejarse crecer la barba o bigote. (aunque no lo crean eso pasa en pleno siglo 21)
Esto suele darse en iglesias que son de corte conservadoras, donde hasta respirar es pecado y es tan fuerte la presión psicológica que se emplea cuando tuercen ciertos textos bíblicos llevando a las personas a creer que ciertas cosas son pecado cuando no lo son. La mayoría de esas iglesias enseñan más doctrinas de hombre que de Dios mismo, creen tener la doctrina correcta y hasta te amenazan si te vas de sus iglesias.
Por otra parte están aquellas iglesias denominadas “mega-iglesias” donde está presente el mal llamado “evangelio de la prosperidad”. Dichas iglesias predican que el cristiano está llamado a ser rico, que no puedes se pobre porque la pobreza es una maldición y con astucia y psicología le predican estas cosas y si no ofrendas eres un ladrón.
Ambos extremos son bastante peligrosos, ya que ninguno se conforma son el verdadero evangelio que predicó Nuestro Señor Jesucristo.
¿Qué debemos hacer ante esta conducta?
A pesar de tener doctrinas o normas diferentes sepamos amarnos como hermanos en la fe que somos. Reconozco que lamentablemente hay quienes no andan conforme a la verdad de Dios, aquellos que introducen doctrinas que nada tienen que ver con las escrituras estos pueden ser denunciados ya que Jesús y los apóstoles lo hicieron.
La iglesia, el cuerpo de Cristo es una familia, una hermandad donde nos ayudamos mutuamente y donde se proveen los medios necesarios para nuestra santificación y así poder crecer espiritualmente. El púlpito debe usarse para predicar a Cristo y no estar perdiendo el tiempo predicando sobre modas y riquezas.
Termino con esta cita bíblica
“Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno”. Mateo 5:22 (DHH)
Categorías