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¿QUÉ LE PASÓ A LA IGLESIA CRISTIANA?

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UN CUENTO QUE NO ES CUENTO.

Cerca del año 100 después de Cristo, los demonios hicieron una reunión extraordinaria, de carácter urgente, para evaluar lo que estaba sucediendo con el evangelio y buscar la solución a un problema que los tenía aterrados: el impacto excepcional y sobrenatural producido por el mensaje que los cristianos estaban predicando.

La reunión comenzó con el informe dado por uno de los demonios llamado Astuto, el cual declaró:

“Estamos teniendo fuertes bajas a causa del mensaje predicado por los hijos de Dios. Y lo grave es que ya hemos usado las estrategias que normalmente nos funcionan sin ver ningún buen resultado. Hemos tratado de confundirlos pero todo esfuerzo en este sentido ha sido totalmente inútil. No hemos podido engañar a los hijos de Dios. Una cosa fue engañar a la mayoría del pueblo judío torciendo la interpretación de las escrituras, alterando sus doctrinas y profecías, logrando que rechazaran a su Salvador llevándolo a la cruz. Pero con estos cristianos no hemos podido. Tenemos que hacer algo nuevo”.

Entonces intervino un demonio con gran experiencia llamado Tradición, quien muy molesto dijo:

“No debemos menospreciar la estrategia del engaño, el compañero Astuto reconoce que logramos volverlos contra su Salvador. ¿Y si su Salvador no pudo sacarlos del error, no es acaso una garantía de la efectividad de la estrategia? Además nos ha dado excelentes resultados desde el paraíso, no veo por qué no pueda funcionar. ¿Acaso estos cristianos son especiales o diferentes de los demás hombres de la humanidad?”.

Otro demonio muy odiado por su prepotencia llamado Resultados, interrumpió diciendo:

“Aunque la tradición nos ha traído buenos resultados, a mí la tradición me importa poco. Lo importante, y sé que todos estarán de acuerdo, son los resultados. Si el engaño no funciona hay que reemplazarlo por una estrategia más efectiva”.

Tradición insistió: “Precisamente los resultados me dan la razón, ¿acaso les parece poca cosas que lográramos que crucificaran a su Salvador? Muéstrame un mejor resultado que ese”.

Resultados contesto: “Ese punto es precisamente un asunto que debemos reevaluar. Cuando logramos que crucificaran a su Salvador, pensamos que habíamos obtenido una gran victoria, pero para desgracia nuestra el tiempo está demostrando que cometimos un gran error. Su Salvador resucitó”.

Al decir estas palabras se hizo un gran silencio. Y Satanás, quien presidía el congreso, con una voz aterradora, llena de rabia y odio gritó: “¡Está completamente prohibido hablar de ese asunto! Reconocer esta derrota desmotiva a nuestros ejércitos de maldad y nos hace ver como fracasados. Si el asunto vuelve a ser mencionado, quien quiera que lo haga será castigado”.

Luego Resultados continuó: “Soy consciente de la gravedad de ese asunto, de la humillación tan grande que nos produjo, de nuestra frustración al ver que las cosas no salieron como las planeamos. Sé que hicimos todo lo posible para negar ese hecho. Pero si queremos hallar soluciones tenemos que reconocer que lo sucedido le ha permitido a un pequeño grupo relacionarse con su creador a través de un convenio llamado el Nuevo Pacto. Y ese pequeño grupo nos están haciendo añicos predicando por todos lados el evangelio que resulta indestructible a todos nuestros ataques. No estamos viendo resultados y eso es lo único que importa. Tenemos que hacer algo nuevo”.

Volvió a intervenir Astuto apoyando a Resultados y dijo: “No funciona. Nada funciona. Hemos tratado de torcer sus enseñanzas y los resultados no pueden ser peores. Y aunque me acaban de prohibir hablar de esto, tengo que hacerlo para explicar la razón de nuestro fracaso. Su Salvador nos engañó. Se fue muy obediente a la cruz pudiéndose defender y al hacer eso que no puedo mencionar, lo que en realidad logró es que ahora Él mismo, en Espíritu, está habitando en cada uno de sus hijos, a través de un procedimiento llamado el Nuevo Nacimiento. Esa es la razón por lo cual nuestros ataques no funcionan. No ha sido posible lograr que los hijos de Dios tuerzan sus doctrinas. Cuando logramos meter alguna cosa que podría ser el inicio de algo muy bueno para nosotros, cuando vemos que comienzan a desviarse aunque sea un poquito lo cual nos da esperanzas, el Espíritu de Dios que está en ellos les avisa y rápidamente se reúnen, estudian y corrigen la doctrina. Todos ustedes saben que el tiempo bien utilizado es un amigo poderoso. Algunos pensamos que con el tiempo ellos se iban a cansar, pero no ha ocurrido así. Por esta razón me he puesto a investigar para entender qué es lo que hace que ellos, a pesar de ser pecadores, insistan en decir sólo la verdad y en hacer sólo lo correcto, y me han informado que es por causa de ese terrible Nuevo Pacto. Este Nuevo Pacto ofrece una vida cristiana indestructible; por eso aunque logremos engañarlos en algunas cosas muy pequeñas, al poco tiempo vuelven, corrigen su doctrina y siguen predicando el mismo evangelio que enseñaron los doce. ¿Se acuerdan de los doce cuánto daño nos hicieron? Y estos hijos de Dios, Nacidos de Nuevo, nos están haciendo mucho daño con el mismo poderoso evangelio de los doce”.

Otro demonio llamado Terrorista se sumó a la conversación diciendo: “Nosotros con nuestras células hemos trabajado tenazmente y tampoco hemos podido ver resultados. Primero los asustamos haciéndoles ver que si eran fieles a su evangelio vivirían en pobreza, pero eso no los asustó. Entonces conseguimos un permiso especial y les mandamos enfermedades; perseguimos y matamos a muchos de ellos de forma espantosa, pero eso tampoco funcionó. Y aunque se supone que los muertos no hablan, la muerte de ellos siguió hablando con tal fuerza que sus familiares siguieron predicando el mismo evangelio”.

Tradición interrumpió diciendo: “¿Cómo es posible que la muerte que asusta a todo el mundo a ellos no los asuste?”.

Terrorista contestó: “Sencillo, la muerte no los asusta porque ellos ya saben que no podemos hacer nada si Dios no nos lo permite. Además, tienen la esperanza de hacer lo mismo que hizo su Salvador y que no puedo mencionar. Resumiendo, su confianza en el amor de Dios alejó sus miedos y nos quedamos sin herramientas para manipularlos”.

Otro demonio llamado Placer, admirado por los éxitos de su gestión, intervino para dar la razón a Astuto y a Terrorista. “Nuestro equipo, al ver que ustedes con sus engaños y terrorismo no lograron nada, intentó sobornarlos pues sabemos que todos los hombres, por buenos que sean, tienen un precio. Pero no funcionó. Y descubrimos algo aterrador, que esos Nacidos de Nuevo son insobornables pues han aprendido algo que nos desarma por completo: a vivir con contentamiento. Y ¿cómo sobornar a alguien que está contento con lo poco que tiene? Pero ojalá eso fuera lo único; a ese contentamiento le han añadido algo que refuerza todavía más su integridad. Han aprendido, como mencionó Terrorista, a tener todas sus esperanzas en la otra vida. Y claro, cuando nosotros nos acercamos con ofrecimientos de grandeza, poder, riqueza o fama es totalmente inútil, nada de eso les parece llamativo. Uno de ellos dijo alguna vez que aceptar esos ofrecimientos era como encadenarse a un barco que se está hundiendo, que tendrían que ser inmensamente burros y ciegos para dejarse sobornar con algo que no tiene valor, y perder una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible. Tratar de sobornarlos a ellos es como intentar sobornar a un loco obsesionado sólo con algo. Estos en verdad parecen locos, sólo quieren predicar la verdad a costa de cualquier cosa, no les importa nada de lo que la gente les diga, sólo quieren agradar a Dios; estamos muertos si no encontramos una estrategia diferente”.

“Precisamente esa es la razón de esta reunión”, dijo Astuto. “Estos pocos cristianos auténticos viven un cristianismo indestructible, fiel a las escrituras, predicando en perfecta unidad el mismo evangelio que predicaban los doce. Por lo cual propongo una estrategia diferente”.

Ante la total expectativa de sus colegas, Astuto inició la explicación: “Lo primero que necesitamos entender es que vamos a realizar este plan a través del tiempo. Y cuando hablo de tiempo me estoy refiriendo a que debemos trabajar para el futuro, para el final de los tiempos, para que cuando su Salvador regrese por ellos, antes de darnos la última oportunidad, logremos que la gran mayoría de ellos se quede.

Lo segundo que vamos a hacer es dividirlos por razones por las cuales no se deben dividir, para luego unirlos por razones por las cuales no se deben unir. Es decir, los dividiremos por cosas sin importancia, por envidias, resentimientos y malos entendidos y, cuando con el tiempo estén bien torcidos, los uniremos haciendo que ignoren asuntos y verdades fundamentales; de esa manera lograremos crear una gran confusión”.

“No entiendo”, dijo un demonio llamado Bruto, premiado por lograr que los hombres hagan las cosas sin pensar. “Primero dicen que estos cristianos Nacidos De Nuevo no pueden ser engañados, asustados, ni sobornados. Y ahora dicen que los van dividir. ¿Cómo lo lograrán? ¿Me puede explicar mejor?”.

Astuto continúo diciendo: “La clave, pongan atención, la clave de nuestro plan es hacer algo que ellos jamás esperan que nosotros hagamos: Vamos a formar nuestras propias iglesias”.

“Ya tenemos un montón de iglesias”, dijo Tradición. “Sí, ya tenemos un montón de iglesias y de religiones torcidas en las cuales adoran a Satanás. Pero lo que yo estoy proponiendo es que hagamos iglesias cristianas, donde hablaremos de Jesús”, contestó Astuto.

Al decir estas palabras inmediatamente se oyeron gritos enfurecidos de rechazo a la propuesta, algunos comenzaron a gritar “¡traición!”, pero luego otros pidieron silencio para escuchar el argumento.

Astuto continúo diciendo: “Vamos a abrir nuestras propias iglesias en las cuales les hablaremos de su Salvador pero, como trabajamos para el final de los tiempos, con mucha paciencia, de manera lenta, progresiva y muy firme, les iremos torciendo el mensaje hasta que terminemos predicando, en nombre de Jesús, un evangelio completamente opuesto al verdadero evangelio”.

“Pero el apóstol Pablo nos denunció pues escribió exhortando a algunos que recibían otro evangelio y a otro Jesús”, interrumpió otro demonio.

Astuto invalidó la objeción aclarando: “Pero eso fue por tratar de torcer la doctrina dentro de las iglesias cristianas. La diferencia es que haremos nuestras propias iglesias cristianas, hablaremos de Jesús, usaremos las escrituras, haremos mucho énfasis en la fe, pero no les enseñaremos la verdad completa; sólo algunos asuntos para mantenerlos lejos de la verdad y convencidos de ser buenos cristianos. Hay varios puntos que he estado revisando y que no pueden faltar en las enseñanzas de ese falso evangelio y son:

1. Todos los que hagan una oración se van a salvar aunque sus vidas no cambien. Hay que darles certeza en algo que ellos hayan hecho; no en lo que Dios hace por ellos. Es muy importante que obtengan esta falsa certeza o si no podrían seguir buscando y descubrir que se requiere una genuina conversión que los llevaría a nacer espiritualmente. Necesitamos que los muertos sigan muertos y crean que están vivos o el plan no funcionará.

2. Les enseñaremos de forma sutil que la voluntad de Dios no importa. Esto es fácil de lograr; basta con decirles que tienen un Dios poderoso que cumplirá los sueños que siempre han tenido. Como no tienen ni idea que somos nosotros quienes hemos puesto esos sueños en ellos, si se comen el cuento de que Dios existe para cumplírselos, lograremos que ignoren lo que Dios soñó para ellos cuando los creó; con esto podremos torcerlos todo lo que queramos y no se darán cuenta.

3. Tenemos que hacer que se olviden de la imagen de Jesús, de sus doce discípulos, y de los primeros cristianos. Para lograrlo tomaremos el ejemplo de aquellos hombres de la Biblia que fueron inmensamente ricos y poderosos, y les diremos que Dios quiere para ellos una vida de éxito, que el éxito es alcanzar lo que ellos quieren y hacer las cosas que siempre han deseado. Y para convencerlos de que están en el camino correcto le daremos todas esas cosas.

Entonces tomó la palabra Placeres quien dijo: “yo puedo aportar muchísimo premiando especialmente a los que más torcido prediquen y a algunos pocos feligreses con las cosas que los hombres más aman del mundo. Al hacerlo con unos pocos la mayoría, por su codicia, seguirá detrás esperando recibir lo mismo. Al no tener sana doctrina no verán la diferencia entre la bendición que Dios les quiere dar y lo que nosotros les daremos para entretenerlos. Al ver esto que llamarán éxito, otros pastores querrán predicar lo mismo. Entre más mal prediquen, más cizaña les llevaremos, más dinero obtendrán y eso los mantendrá contentos, engañados y en nuestro poder”.

“Eso está muy bien”, continuo Astuto: “Ustedes saben, porque conocen las escrituras, que el verdadero evangelio no es atractivo para el mundo, pues habla de negarse a sí mismo, de sufrir con Cristo para reinar con él y de muchas otras cosas que los que aman el mundo rechazan. La clave de nuestro éxito va a estar en predicar un evangelio que sí les guste, por lo tanto debemos tratar de no mencionar el pecado, o mencionarlo como algo sin importancia, tampoco debemos hablar del arrepentimiento; es decir debemos lograr que personas como Juan el Bautista sean vistos como miserables sin éxito y personas como Salomón, al que logramos torcer, como ejemplos realmente inspiradores”.

Resultados estaba tan emocionado que no se aguantó las ganas de interrumpir: “Me parece buenísimo; no hay nada tan efectivo como la contundencia de los resultados. Es más, tengo la convicción de que con el tiempo ni siquiera necesitaremos recurrir a los personajes de la Biblia para motivarlos, pues entre ellos mismos se admirarán, se envidiarán y querrán ser como estos cristianos de éxito. Así se olvidaran por completo de Jesús y de los 12 discípulos que nosotros matamos”.

Placer se sumó a la euforia de Resultados: “Estoy de acuerdo. La idea es llevarlos a vivir una vida tan placentera que si en algún momento alguno de los auténticos cristianos les dice la verdad, aunque se den cuenta que están torcidos, su amor a lo que poseen y el miedo a perderlo no los dejará corregir su error. No serán capaces de pasar por la vergüenza de confesar que han predicado un evangelio corrompido, su orgullo y su apego a las cosas del mundo no los dejará”.

4. “Debemos mantenerlos muy ocupados”. Continúo Astuto. “Para esto haremos que crean que lo más importante es hacer cosas en sus Iglesias, ser muy “activos”, llenar sus agendas de tareas realizadas en sus fuerzas y no en las del Espíritu, confundiendo la unción con el carisma. Si algo tienen esos cristianos genuinos es intimidad con Dios, así que tengámoslos muy ocupados para que ni siquiera piensen en que ésta es posible. Y a los que les gusta orar los meteremos en una guerra espiritual que los haga sentirse espirituales, pero con fines completamente equivocados; que oren, que ayunen, que se reúnan, pero buscando objetivos que parezcan buenos pero que nosotros sabemos que en realidad son inútiles. Tan ocupados deben estar, que ni aunque los alerten acerca de sus comportamientos, tendrán tiempo de analizar lo que están haciendo a la luz de las Escrituras. Tan ocupados haciendo grandes obras, tan convencidos, tan envanecidos, que ni siquiera les pase por la mente preguntarse: ¿será ésta la voluntad de Dios?

5. Debemos lograr que en sus vidas haya cambios, pero ojo, no cambios significativos. Haremos que los borrachos y los drogadictos superen sus adicciones, que los infieles no lo sean más, que se vuelvan buenos trabajadores, que los hijos sean obedientes, que hagan obras de caridad; en fin que lleven a cabo todas estas cosas que los hacen sentirse buenos. El secreto está en que por ninguna razón mencionemos el Nuevo Nacimiento, ni mucho menos el Nuevo Pacto infalible para que solamente sean religiosos, como lo son los de muchas otras religiones.

Es decir, nuestro evangelio, sin que se den cuenta, será puro humanismo donde para alcanzar resultados tomaremos todo tipo de filosofías del mundo y las presentaremos como cristianas. Podemos comenzar con la psicología, que gozará de amplia aceptación en el mundo, será una magnifica aliada para eliminar la carga por el pecado y para reemplazar la búsqueda de la santidad por la búsqueda de autorrealización.

La metafísica, con sus declaraciones positivas, nos será muy útil para negar el poder del Espíritu y ensalzar el poder de la mente bajo un concepto totalmente equivocado de fe. Por supuesto los dejaremos con su falso concepto de bendición que será prácticamente el mismo del mundo a través del cual justificaran su codicia, formaremos una nueva tradición evangélica para reforzar su terquedad y placer de andar en la carne y no bajo la dirección de Dios y para rematar y evitar que se devuelvan, lo que siempre nos ha funcionado muy bien gracias a su avaricia “justificada”, les daremos riqueza, mucha riqueza”.

El objetivo en esta etapa es lograr un gran y aguerrido ejército de falsos cristianos”. Los aplausos de la gran mayoría de los asistentes invadieron el recinto. Y Mercadeo, el más “carismático” de los demonios, tomó la palabra: “El plan es realmente maravilloso, felicitaciones Astuto. Yo agregaría que no sólo tenemos que ocuparnos de lo que se va a enseñar en las iglesias sino de obsesionarlos con la idea de que la forma en que se predique el evangelio es la clave de todo; hay que convencerlos de que la falla está en las estrategias empleadas para atraer a la gente y para que esta permanezca en las iglesias y no en la falta de una genuina conversión que los involucra en el Nuevo Pacto. Hagamos que las Iglesias sean lugares muy confortables y dotémoslas de todo tipo de recursos tecnológicos; ¿cómo no va a ser más efectiva la alabanza cuando se combina con efectos especiales de luz y sonido para despertar sensaciones y emociones, o la predicación si la acompañamos de recursos llamativos que nos ayuden a capturar la atención de la gente?

Es clave que nuestros predicadores se conviertan en excelentes comunicadores, que aprendan a usar bien su voz, a hacer silencio en los momentos indicados, a aderezar sus prédicas con los chistes y best sellers del momento. Otro asunto es que estos cristianos que tantos dolores de cabeza nos están dando viven un compañerismo íntimo, una tal koinonia, y como nuestras iglesias no podrán generar este tipo de experiencia, tendremos que ofrecerles muchas actividades sociales haciéndoles creer que éstas equivalen a la verdadera unidad y al compañerismo espiritual. El reto está en que nuestras iglesias hagan sentir a la gente tanto o más cómoda que fuera de ellas, y que siempre estemos atentos a renovar nuestras estrategias para tenerlos entretenidos; si nos volvemos aburridos corremos el riesgo de perderlos”.

Todos estuvieron de acuerdo y luego Tradición dijo: “Eso me parece muy bien. Crearemos para el mundo una religión cristiana que los mantenga alejados de Cristo. Pero eso todavía no responde la pregunta; ¿Qué vamos a hacer con los creyentes de verdad, con los Nacidos De Nuevo que nos están haciendo añicos?” Astuto hizo un llamado a la paciencia y continuó explicando su plan. “El siguiente paso es involucrar a todos estos falsos creyentes que creen en un evangelio diferente en las iglesias de ellos, para lo cual crearemos divisiones en nuestras iglesias, los pondremos a pelear por plata, por discípulos, por doctrinas, por liderazgo, por pecados, y con esto lograremos desbandadas de falsos cristianos que obviamente saldrán a buscar iglesias para vincularse. Estoy seguro de que los auténticos creyentes con el tiempo los recibirán pensando en ayudarlos, y de esta manera, poco a poco, llenaremos sus iglesias de cizaña. La cizaña que llegará no estará conforme con muchas cosas lo cual causará confrontación y generará divisiones. Buscaremos que se dividan mucho y por asuntos por los cuales no deben dividirse para que, con el tiempo, logremos convencerlos de que las divisiones son normales, necesarias e inevitables. Divide y vencerás”.

Pero nuevamente alguien preguntó: “¿Pero qué haremos con esos pocos cristianos que insistirán en predicar la verdad respaldados por Dios?” “Ya pensé en eso” dijo Astuto. “Es algo que tenemos que hacer con mucho cuidado, pues si no el asunto se nos puede voltear y es lo siguiente:

Cuando comencemos a predicar nuestro evangelio torcido en nuestras iglesias no tendremos problemas; cuando metamos nuestros falsos creyentes en las iglesias de ellos sí se va a generar cierta confrontación la cual, como dije antes, producirá muchas divisiones en la iglesia. Pero otro de los resultados de la confrontación, si nos paramos firmes en nuestras malas doctrinas, es el de acostumbrar a los cristianos a vivir en medio de una babel doctrinal de tal manera que al final, para evitar problemas y divisiones, tomen la determinación de evitar a toda costa la confrontación. Como los auténticos cristianos no estarán conformes, e insistirán en la unidad doctrinal, tenemos que hacer ver a aquellos cristianos como personas no amorosas, como personas legalistas, como personas envidiosas. Lograr esto será fácil ya que seremos mayoría, y trataremos de apabullarlos y quitarles autoridad con nuestros resultados y con nuestro falso amor.

Lo que obtendremos al desprestigiar y evitar todo tipo de confrontación es que la gran mayoría crea que es imposible hallar la unidad doctrinal. Pongan mucho cuidado, porque ese es el punto más importante en todo este asunto. No podemos evitar que la verdad exista. No podemos evitar que los cristianos la prediquen. Pero si logramos que la gente crea que hay muchas doctrinas y que cada uno interpreta a su manera las Escrituras lograremos el éxito. Al hacer esto las Escrituras perderán toda autoridad y entonces la autoridad quedará en manos de los hombres, por no decir en manos de los resultados; los que tengan más resultados tendrán más autoridad, esos serán los más buscados, los mejor pagados, se convertirán en los ídolos para aquellos pastores que tengan pocos resultados. Y si aparecen algunos como Ezequiel, o Juan el Bautista, o Pablo hablando de sana doctrina y unidad doctrinal, nosotros confundiremos al pueblo diciéndoles que ellos quieren crear divisiones. Diremos que la doctrina divide pero el amor une. Insistiremos en que debemos hacer énfasis en lo que nos une y no en lo que nos separa. La clave es dejar por sentado que la unidad doctrinal es imposible de hallar, ese será el tesoro de nuestro trabajo. Sin unidad doctrinal nadie tendrá autoridad para decir cuál es la verdad y tendremos la victoria asegurada. Una vez estén convencidos de que es imposible hallar la unidad doctrinal, entonces los motivaremos a que se unan, a trabajar juntos, a aliarse con los gobiernos y con instituciones no cristianas para formar un frente común. Si los mantenemos unidos a todos, y la mayoría son torcidos, nuevamente el clamor de la mayoría declarará que están en lo correcto. Será como en el desierto con el becerro de oro. Si la mayoría es cizaña y la mayoría tiene mala doctrina, con facilidad lograremos que el mundo crea que eso es el cristianismo. Esa misma mayoría escogerá a sus líderes y los líderes definirán la clase de doctrinas que se prediquen. Esto asegurará un crecimiento espectacular de nuestro falso cristianismo. Si nos va bien, seguramente lograremos crear cierta unidad doctrinal entre todos los torcidos. Eso hará que la voz de los pocos que realmente tienen razón no sea escuchada y no represente ningún peligro para nosotros”.

Algunos demonios insistieron en que estos cristianos auténticos nacidos de nuevo son imparables. La experiencia muestra que unos pocos llenos del Espíritu de Dios pueden traer arrepentimiento y renovación en la iglesia. ¿Qué hacer con ellos?

Astuto, un poco de mal genio, insistió que con ellos no se puede hacer nada. “Por experiencia sabemos que entre más los ataquemos más crecen interiormente, más contentamiento aprenden, más se enfocan en los objetivos celestiales, alejándose de los terrenales. Así que propongo dejarlos quietos, no llamemos la atención sobre ellos; estoy convencido de que cuando proclamen la verdad serán vistos como locos, además trataremos que el éxito de los torcidos desmotive a aquellos que insisten en predicar la verdad. No los podemos detener pero al menos si tratar de bajarles el ritmo”. “Ya entiendo” dijo Tradición. “Como no podemos callar a estos verdaderos cristianos, el objetivo es que cuando alguno de ellos predique la verdad, nuestros falsos cristianos, en el mejor de los casos, piensen que es otra verdad tan válida como la de ellos, y la respetarán, no porque les guste sino para pedir respeto para sus malas enseñanzas que consideran correctas. Y yo haré que todo eso se vuelva una tradición para ellos, concluyó”.

“Sí” dijo Astuto; “nuestro gran objetivo es que nunca más se vuelva a predicar aquel evangelio unido que proclamaban los discípulos, que los hombres se olviden de una vida de contentamiento, y que jamás piensen en la vida eterna. Es decir que vivan como si no se fueran a morir”. Además añadió: “Sabemos que nada de esto afectará de manera significativa a los verdaderos cristianos, ellos saben que las malas doctrinas son señal del final de los tiempos, las combatirán, pero aunque no obtengan resultados se alegrarán, porque saben que es una señal de que se acerca el encuentro con su Señor.

Esas pérdidas las tenemos que aceptar; lo clave es que el relativismo doctrinal nos permita crear un ambiente de confusión que reforzará nuestro plan impidiendo que la gente del mundo crea en el cristianismo o involucrándola en nuestras iglesias de mala doctrina. Yo creo que esto nos puede llevar muy lejos dijo Astuto, es más, pienso que esto es una buena preparación para cuando venga el hijo de nuestro patrón, el anticristo. Si en la antigüedad logramos que crucificaran a su Señor porque lo vieron cómo malo gracias a las malas doctrinas, ahora lograremos que respalden al Anticristo cuando lo vean como bueno, gracias nuevamente a sus malas doctrinas. Luego cuando ellos nos ayuden a llegar al poder los haremos sufrir hasta más no poder y luego los destruiremos”.

Y entonces Satanás que estaba muy complacido al ver el trabajo en equipo dijo: “Ese plan es prácticamente infalible, me recuerda lo que con astucia logré en el paraíso, mientras los hombres vean lo malo como bueno nuestro éxito está asegurado.

Astuto dirigirá la campaña; ahora recuerda a tus compañeros los puntos básicos para que salgan a trabajar ya”.

Y entonces Astuto resumió: “Crearemos un ejército de falsos creyentes, no nacidos de nuevo, a quienes motivaremos que busquen a Dios para realizar sus sueños; para esto les daremos una imagen de Jesús diferente a la auténtica y un evangelio lleno de motivaciones y filosofías, parecido al verdadero, pero en el fondo completamente opuesto. A los líderes les daremos tanto dinero y fama que aunque descubran su error no serán capaces de retractarse por causa de su orgullo y codicia; luego los haremos pelear entre ellos y dividirse para que nuestros discípulos en desbandadas se involucren en las auténticas iglesias cristianas, contaminándolas principalmente con su codicia y malas doctrinas.

A pesar de toda crítica perseveraremos en enseñar nuestras doctrinas y lograremos que se produzcan resultados que impedirán todo intento de regresar a la unidad en la sana doctrina; descalificaremos a los auténticos creyentes, los apabullaremos con nuestros “éxitos”; haremos todo tipo de shows y de actividades en nuestras iglesias para mantener vivo el interés de la gente y los motivaremos a realizar cambios poco significativos en su vida ya que seguirán viviendo para sí mismos y no para el Señor; evitaremos, por supuesto, todo tipo de confrontación bíblica, y todo esto junto traerá como resultado final eliminar por completo la autoridad de la palabra de Dios. Cuando digan “cada uno interpreta las escrituras a su manera” o “respeten mi doctrina como yo respeto la suya” nuestro éxito estará asegurado.

De allí en adelante sólo habrá que mantenerlos ocupados, lejos de la correcta interpretación de las escrituras; con el tiempo estarán tan perdidos que buscarán el ecumenismo, el cual una vez rechazaron como satánico, y cuando venga el hijo de perdición lo confundirán pensando que es su Salvador. Cuando se den cuenta de su error, si es que logran verlo, tendrán que renunciar a todo lo que aman para salvarse, pero 2/3 de la humanidad no lo conseguirá”.

Por primera vez en el infierno todos los demonios estuvieron de acuerdo con un plan. Pero luego se presentó una pelea descomunal como no la había habido jamás por los cargos, títulos, estrategias menores y funciones a realizar, pues había muchísimas opiniones completamente diferentes y nadie quería ceder.

Con gran furia Satanás terminó la pelea y los mandó a trabajar unidos para detener la predicación del verdadero evangelio aunque no estuvieran de acuerdo. Y salieron y se pusieron a trabajar…

Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. 2 Corintios 11:13 al 15 Ya han pasado cerca de 1.900 años desde que se realizó este encuentro; ¿Donde estas tu? ¿Para quién trabajas? ¿Estás seguro? ¿Por qué?

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