¿POR QUÉ DEBEMOS DEFENDER LA BIBLIA?
Cuando alguien te dice que Dios no necesita que defendamos su palabra pues él es Dios y no necesita de nuestra defensa y mucho menos necesita nuestro razonamiento inadecuado y nuestros débiles intentos de defender Su Palabra. Suena hasta lindo, santo y puro Sin embargo, este comentario piadoso todavía está equivocado.
Sugiere que no debemos preocuparnos por los esfuerzos de apologética porque Dios se encargará directamente de tales asuntos.
La observación es tan errónea como decir que Dios no nos necesita como evangelistas (incluso podía hacer que las piedras gritaran ¿No podría Él?) y por lo tanto, los esfuerzos para el testimonio evangelizador no son importantes. O bien, una persona puede pensar erróneamente que, debido a que Dios tiene el poder y la capacidad de proporcionar alimentos y ropa a su familia sin «ayuda de nosotros», no necesita ir a trabajar mañana.
De estos abundan, o como muchos con los que no se tú pero yo sí, dicen no estudiar la palabra de Dios y no necesita prepararse en el estudio profundo y sistemático de las escrituras porque el Espíritu Santo de algún modo se la tendrá que revelar, todos estos ejemplos son tan absurdos y erróneos que se caen de su propio peso.
Pensar así no es bíblico. Confunde lo que Dios mismo necesita de nosotros y lo que Dios requiere de nosotros.
Un razonamiento así, asume que Dios ordena los fines, pero no los medios para esos fines (o al menos no la instrumentalidad de los medios creados).
Si bien es cierto que no era necesario que Dios nos use para hacer defensa de su palabra y extenderla, Él elige hacerlo, y nos llama a que nos apliquemos a esto.
La Biblia nos dirige a trabajar, aunque Dios podría proveer a nuestras familias de otras maneras. La Biblia nos dirige a evangelizar, aunque Dios podría usar otros medios para llamar a los pecadores a sí mismo. Y la Biblia también nos dirige a defender la fe, no porque Dios esté indefenso sin nosotros, sino porque este es uno de sus medios ordenados para glorificarse a sí mismo y vindicar su verdad.
En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. 1 Corintios 1:27
Autor: Sneider Ferreira.
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