CÓMO GANAR MI ESPOSO PARA CRISTO
En nuestro tiempo el feminismo está ganando terreno dentro de las iglesias, y es por eso que como hijos de Dios debemos combatir todo pensamiento contrario a la Palabra de Dios, con la sana doctrina.
El apóstol Pedro en su primera carta en el capítulo 3 versículos del 1 al 6 nos da las pautas para que una mujer sepa agradar a su cónyuge, sea cristiano o no.
Primeramente la mujer cristiana debe de entender que el hecho de que su marido no sea cristiano, no justifica la disolución del matrimonio.
El mandato del apóstol Pedro es el siguiente: «Vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados…».
De tal manera que la mujer cristiana debe sujetarse a su esposo aunque este no sea cristiano, y aun cuando sea un cristiano desobediente.
La mujer cristiana debe reconocer, meditar y centrar su atención en las virtudes (Filipenses 4:8) y no en las debilidades de su esposo. Las deficiencias podrán ser obvias, pero aun el peor esposo tiene algo positivo. ¡Por algún motivo se casó con él!
Pedro indica que el esposo será ganado para Cristo al ser espectador del comportamiento de su mujer.
Una sugerencia para ponerlo en práctica es hacer una lista con las virtudes de su marido y luego agradecer a Dios por cada una de las virtudes.
Ella debiera buscar maneras prácticas de demostrar al esposo todo su aprecio y su afecto. Pueden ser notas, agradecimiento verbal, actitudes y expresiones no verbales, llamadas telefónicas, etc. Habría que empezar mesuradamente, tomando una virtud cada semana hasta completar este sencillo plan.
El objetivo no es manipular al esposo ni forzarlo a entrar al reino de Dios (el manipuleo raras veces da buenos resultados). El objetivo es agradar al Señor, renovar la mente y respetar al marido.
Además, y a fin de recordarlo, será valioso hacer otras listas con los intereses, gustos, aversiones del marido, como así también de las cosas que le producen alegría o lo contrarían. Esto ayudará a que la señora tenga participación activa en la vida de su esposo y sea en verdad ayuda idónea.
Por otra parte, la esposa cristiana debe profundizar su relación personal con el Señor en lugar de preocuparse tanto porque su marido no es todo lo que ella desearía que fuera.
Autor: Jaime Mirón.
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