RESEÑA LIBRO: PREDICANDO EN EL ESPÍRITU DE DENNIS KINLAW
Cada que un predicador sube al púlpito, puede tener la certeza de que no sube solo, el Espíritu Santo va con él.
“No hay nada en el mundo tan significativo para un predicador como el día en que la Escritura se hace viva para él- el día cuando la Escritura lo cautiva, cuando se da cuenta de que ella le pertenece y él pertenece a la Escritura (pg.9).
Es importante darle el lugar al Espíritu Santo para que guíe la predicación, y para eso el autor le da el capítulo introductorio a este tema: Despojándonos para Aferrarnos. Despojarnos de una mentalidad meramente humana y aferrarnos al entendimiento que nos da el Espíritu.
Dios desea tener una relación personal con nosotros, no a través de la ley, ni de la iglesia, ni de un estilo de vida, sino a través de nuestra fe y obediencia. De esta forma si logramos conocerlo, podremos conocer Su voluntad. De lo contrario estaremos aferrados a las cosas superficiales, al sentimiento de creernos dueños de nuestro Pastor o que el Pastor se crea dueño de su grey, cuando la realidad es que ambos somos pertenencia única de Dios.
Uno de los temas un poco olvidados, o dejados de lado en cuanto al Pastoreo, es que no es solo un llamado de Dios para realizarlo, sino un llamado de Dios para hacerlo a Su lado. Dios quiere colegas con corazón limpio, colegas con integridad que puedan darle la gloria y honra. Muchos predicadores ni siquiera se dan cuenta cuando predican dejando al Espíritu Santo atrás. Este libro es un llamado para aquellos que llevan la obra de Cristo en el púlpito, a hacerlo con respeto y permaneciendo sensibles al Espíritu.
¿Cuántos de nosotros necesitamos perdón? ¿Cuántos de nosotros lo buscamos? Hay personas que cometen pecados sin sentir una sola gota de remordimiento y en el momento en que Dios se acerca, se produce la culpabilidad. Pero lejos de ser esto una señal de alejamiento, debemos tomarlo como una señal de que Dios tiene el poder para regenerarnos; nos perdona y nos moldea. Los capítulos centrales de este libro se enfocan en este tema y la relación que hay con la Palabra Viviente.
Ya sabemos que la vida deja de tener sentido cuando nos apartamos de Dios y de las Escrituras. Solo cuando incluimos a Dios en nuestra vida es que podemos estar realmente vivos, y es entonces cuando podemos compartir con los demás las Buenas Nuevas. Aquí, Dennis Kinlaw habla sobre su teoría del Segundo Testigo: cuando el Evangelio es compartido, el predicador no es el primer testigo en la vida del oyente sino el segundo. Es solo la herramienta que lleva las palabras audibles, pero la primera persona, el primer testigo es el Espíritu Santo.
En este capítulo sobre el segundo testigo, nos habla sobre lo que otros teólogos llaman la gracia previniente. Donde Dios ya se ha acercado primero al oyente antes que nosotros le llevemos el Evangelio.
«Nunca tocamos a nadie antes que lo haya tocado Dios”.
Ya para los capítulos finales, Kinlaw nos adentra al tema de la oración y de su importancia en nuestra relación con Dios y con la predicación, ya que esta es la que prepara el camino para la venida del Espíritu Santo. Él es quien toca primero nuestros corazones.
El propósito de este libro es que podamos notar la diferencia entre una vida “nacida por el Espíritu” y una vida que “rebosa con el Espíritu”, lo cual logra sin titubeos.
Espero que este sea un libro de gran utilidad no solo para predicadores, sino para todo cristiano que realmente quiere vivir con la libertad que nos da Dios y la llenura de su hermoso Espíritu Santo.
Autora: Priscila Fonseca.
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