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A LO MALO… LE LLAMAN BUENO

el aumento de la maldad

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! – Isaías 5:20

Partiendo de este texto hago la siguiente pregunta: ¿Quién determina lo que está bien o mal? ¿Dios o el hombre?

Responder esta pregunta es bastante fácil, pero dicha respuesta a muchos no les gustará, ya que en la cultura que nos ha tocado vivir esto se ha vuelto subjetivo y no objetivo como lo explica el texto de inicio.

Esto como resultado se debe a corrientes ideológicas del pasado que se han encargado de moldear la forma de pensar del siglo presente, donde ahora se coloca al ser humano como el centro de atracción quitándole todo tipo de obstáculos como por ejemplo el cristianismo.

El ser humano lo que el determine como bueno y válido es aceptado, puesto que «nadie posee la verdad absoluta» y no puede ser juzgado por el estilo de vida que haya decidido elegir. El ser humano es quien establece sus propias reglas o leyes creando así un dios conforme a su imagen y semejanza donde pueda vivir como guste. Para la cultura actual esto se conoce como el “hombre moderno”.

Dicho hombre apela por un mejor mundo donde las personas sean tratadas iguales, tiene a su vez un activismo social tratando de lograr una mejor vida aquí en la tierra donde para él el cielo o infierno son cuentos de hadas que ofenden a las personas.

Esto es realmente penoso que hoy se quiera cambiar lo malo por bueno y lo bueno por malo donde al parecer todo es relativo sin tomar en cuenta las consecuencias. Por ejemplo: “la música”. Vea lo siguiente:

Meses atrás en mi país República Dominicana se tomaron medidas estrictas con respeto al lenguaje explícito en la música urbana, pues al parecer a los exponentes de dicho género no les importa lo que las personas piensen, es decir, ellos están determinados que ese lenguaje obsceno es “normal” para ellos, pero no así para aquellos que creemos que está mal. Es como si quisieran cambiar nuestro modo de pensar respecto a esas letras para aceptarlas como buenas y válidas y si te opones a su modo de pensar eres catalogado como alguien de mente corta y anticuado.

Esto solo apunta al estado natural del ser humano; ya que sin Dios el pecado es dulce. Al hombre moderno no le gusta la santidad de Dios, es aburrida y amarga y algunos en su intento de acercarse a Dios hasta buscan de alguna forma redefinir el pecado para que puedan seguir con su mismo estilo de vida y esto lamentablemente ha llevado a muchas iglesias a comprometer el evangelio de nuestro Señor y salvador Jesucristo; ya que al parecer las iglesias no quieren quedarse atrás buscando la mejor alternativa para lucir a la moda.

Sobre esto Charles Spurgeon dijo lo siguiente: “No son el caramelo de la tierra, son la sal de la tierra, algo que el mundo querrá escupir en vez de tragar”.

Este mundo debe ver la realidad en la que esta viviendo y por el camino que está andando. No podemos permitir que este mundo con toda su filosofía secular busque cambiar nuestra manera de pensar y busque redefinir la Iglesia. Debemos tener bien en claro las palabras de Pablo cuando dijo: “no se conformen a este siglo”.

Nosotros mediante la palabra vida de Dios debemos hacerle entender al pecador que quien define lo que está bien o mal es Dios, quien es el único en quien podemos conocer la verdad absoluta y así puedan contemplar la hermosura de la santidad de Dios.

Autor: Michael Shephard.

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