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¿QUÉ DICE LA BIBLIA DE LOS DINOSAURIOS?

dinosaurios en la biblia

Muchos cristianos tienden a ser confundidos por la Teoría de la Evolución, cabe señalar que dicha teoría tan sólo es una suposición acerca del origen de la vida en el planeta, pero científicamente jamás podrá ser comprobada, ya que para creerla es necesario creer que todas las maravillas que tenemos en nuestro planeta se produjeron al azar, lo cual es imposible.

Por otra parte el tema de los dinosaurios causa mucha controversia, y muchos cristianos han creído en dicha teoría de la evolución ya que los «científicos han demostrado» que en realidad pasó, pero en esta ocasión queremos hablar acerca de lo que dice la Biblia de los dinosaurios.

Para ello quiero que me acompañen al libro de Job, que es considerado el libro más antiguo del canon bíblico, en el capítulo 40 encontramos a un animal llamado ‘behemot’ que el simple significado de su nombre quiere decir «majestuoso», eso ya nos indica el gran tamaño y la magnificencia de este animalito, y bueno si tomamos la Biblia y la leemos con calma verán que toda la descripción que se hace de esta especie, no concuerda con ningún animal de nuestra actualidad.

«He aquí ahora a behemot, el cual hice como a ti; Hierba come como buey. He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre. Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus músculos están entretejidos. Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro. Él es el principio de los caminos de Dios…» (Job 40:15-19).

Muchos comentaristas e incluso Biblias de estudio agregan notas, de que posiblemente este pasaje describe a un elefante, hipopótamo, ya que son animales herbívoros, tal y como lo señala el texto, pero si seguimos leyendo con cuidado nos da otros detalles que no tienen que pasar desapercibidos, «su cola mueve como un cedro», esto nos da la pauta para descartar tanto a elefantes como hipopótamos que a pesar de que son animales extremadamente grandes y fuertes, no cumplen con los requisitos de mover su cola como un cedro.

Por ejemplo el largo Diplódocus tenía huesos tan fuertes en sus piernas que podía sostener a otros tres en sus lomos. El behemot no estaba asustado. No necesitaban estarlo, eran gigantes. Sus colas eran tan grandes y fuertes que Dios las comparó a cedros – uno de los árboles más altos y espectaculares del mundo antiguo.

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Autor: Mike Gutiérrez.

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