LA IMPORTANCIA DE LA DOCTRINA EN LA VIDA DIARIA
A veces la tentación es pensar que la Doctrina, en general, es algo para la cabeza, para los académicos, para los que están en instituciones. En la iglesia, sin embargo, se trata del corazón.
Bueno, los autores bíblicos no estarían de acuerdo. La doctrina realmente importa para la vida cristiana y no ven ningún tipo de divorcio entre ambos.
Cuando hablamos de la doctrina de la justificación podríamos preguntarnos: ¿Es esto realmente relevante para la vida cristiana, para cómo vivimos la vida cristiana y lo que significa ser cristiano incluso en el día a día?
La respuesta es rotundamente afirmativa, absolutamente. Una de las cosas que tengo que seguir recordando es que cada mañana cuando me levanto, necesito volver a predicar el evangelio a mí mismo, porque lo olvido y porque, afrontémoslo, todos y cada uno de nosotros luchamos contra el pecado y la tentación.
Si no se nos recuerda el evangelio-y las implicaciones del evangelio con la justificación-la tentación puede ser que empecemos a vivir como si el evangelio no existiera.
RECORDATORIOS DEL EVANGELIO
Si no se nos recuerda el evangelio-y las implicaciones del evangelio con la justificación-la tentación puede ser que empecemos a vivir como si el evangelio no existiera, como si no fuera real, como si no hubiera ocurrido. Comenzamos a vivir como aquellos que no han sido justificados, como aquellos que no tienen un nuevo estatus, una nueva identidad en Jesucristo.
Pero, la gran noticia es que tenemos ese nuevo estado, ese estado de justicia en Cristo. Y eso debería cambiarlo todo.
Permítanme darles un ejemplo. A los Reformadores Protestantes les gusta decir que somos justificados sólo por la fe. Esa palabra “solo” es absolutamente clave. Esa palabra separa la Reforma de Roma. Pero también siguieron con otra declaración: Mientras que nosotros somos justificados sólo por la fe, la fe que justifica nunca está sola.
A veces se acusaba a los reformadores de rechazar las buenas obras como si creyéramos que somos justificados sólo por la gracia de Dios a través de la fe. Bueno, entonces la vida cristiana y las buenas obras son irrelevantes. Ellos respondieron con una respuesta y dijeron que absolutamente no.
Pablo hace lo mismo en sus cartas. Mientras que él argumenta enérgicamente que somos justificados sólo por la gracia de Dios, él pronto señala que la gracia de Dios siempre produce el fruto del Espíritu.
La fe por medio de la cual somos justificados entonces toma acción viva para que nuestras vidas sean más y más conformadas a la imagen de Jesucristo nuestro Salvador.
Autor: Matthew Barrett.
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