¿SIGUE DIOS SANANDO HOY?
Siendo honesto sobre esta doctrina la iglesia debe repasar la enseñanza sobre este tema y filtrarlo a la luz de la Escritura, para que de esa manera se pueda comprobar la veracidad de lo que hoy se ve como sanidad divina.
Uno de los peligros que se ven el día de hoy referente a esto es el de decretar y declarar milagros y sanidades, cuando esto se hace a las personas se les vende una falsa esperanza diciéndole que van a ser sanados, pero en la mayoría de los casos esto nunca sucede y cuando la sanidad o el milagro no ocurre culpan a las personas de tener poca fe o de tener algún pecado oculto.
Si vamos a la Biblia en ningún momento veremos a los apóstoles decretando o declarando sanidades, Jesús nunca les dijo: “decreten en mi nombre” ellos solo oraban en el nombre de Él. Ahora bien si vemos el ministerio de Jesús referente a las sanidades; Él lo hacia por compasión y misericordia; ya que eso no era su principal trabajo, Él vino a anunciar el mensaje del reino, al igual que juan el bautista su mensaje fue sobre el arrepentimiento y la conversión.
Algo parecido pasó con el apóstol Pablo. El nunca fue comisionado a sanar enfermos, él fue llamado para anunciar el mensaje de salvación, aunque hay registros donde a través de él sucedieron milagros como lo es el caso de Eutico. En otra ocasión Pablo le recomienda a Timoteo que bebiera vino por sus frecuentes enfermedades ¿por qué Pablo no oró sobre él? ¿acaso Timoteo tenia algún pecado sin confesar? ¿habrá sido por no tener suficiente fe?
Tomando nueva vez al apóstol Pablo él mismo padecido de una condición física y a esto Dios no le dijo que declare sanidad sobre él, mas bien Dios le dijo “mi gracia te es suficiente, mi poder se perfecciona en tu debiblidad” y esto es también para nosotros el día de hoy.
Yo creo que Dios aún obra sanidades hoy en día, pero no es algo que hará con frecuencia. Todos sabemos que Dios es soberano y está en control de todas las cosas y todo lo que él haga con nosotros será bajo su buena voluntad. Habiendo explicado todo esto si alguno de nosotros no hemos recibido algún tipo de sanidad debemos estar agradecidos que fuimos curados de aquella enfermedad mortal llamada pecado, la cual Cristo curó con su sangre en la cruz del calvario como lo explica Isaías 53:5 “…y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Si Él nos sana sigue siendo Dios y si nunca nos sana sigue siendo nuestro Rey y Señor.
Autor: Michael Shephard
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