LA SALVACIÓN ES DEL SEÑOR
Nadie viene a Jesús si el Padre no le llama. Puedo emocionar, manipular, rogar, hasta obligar, pero eso no hará que nazcan de nuevo y sean salvos.
Puedo enseñar costumbres cristianas y hacer que obedezcan para que parezcan convertidos, pero eso no los hará hijos de Dios.
En el salvo hay una respuesta íntima y personal a la voz de Dios para obedecer, hay dolor por pecar y un rechazo rotundo a seguir el mismo camino.
No podemos condenar ni salvar a nadie. Eso es de Dios y Él está llamando a toda la humanidad a que vengan a Él.
Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo; 2 Timoteo 1:9 NVI
Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso. Proverbios 8:13 NVI
Autor: Primitivo Mejía.
Categorías