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JOTTA SE DECLARA HOMOSEXUAL

Jotta homosexual

Jotta es el claro ejemplo de que nunca luchó contra el pecado como un creyente renacido, sino que practicó ese pecado como una persona sin Cristo.

Cuando Dios regenera a una persona, éste no vuelve a ser el mismo. Hay un cambio de mente y corazón y ya la persona aborrece el pecado aunque caiga en el pecado.

Conozco a jóvenes cristianos que me escriben diciendo:

“Gerson, soy Cristiano y amo a Dios, pero siento una atracción por hombres y no por mujeres. Se que eso es pecado y la verdad, aunque me cuentas, no quiero esto en mi vida, quiero llegar es a morir a mis pecados”.

Estos mensajes lo recibo aún de mujeres cristianas que sienten algo por otras mujeres, pero que no quieren esto en su vida y buscan ayuda para dejar este pecado así como el que lucha contra la Pornografía intenta dejarlo.

Este síntoma es claro que viene de una persona afligida, que no quiere caer más en el pecado. Su vida aborrece el pecado y no siente deleite con el pecado. El caso de Jotta es un caso de aceptación al pecado, de querer y desear ser homosexual. Usa la fe cristiana como escudo ante los ataques y como una moda progresista para calar en la juventud que le sigue.

Quiero poner una diferencia que muchos suelen confundir.

Una cosa es el creyente que ha sido regenerado y salvado por gracia, y que lucha contra el pecado, y otra muy diferente es aquél que practica el pecado. El segundo no es Creyente y jamás salvo.

La definición es sencilla.
Veamos la diferencia.

-El que practica el pecado como enseña Juan (1 Juan 3:- 8-9) claramente, es una persona que no tiene la simiente de Dios (no ha nacido de nuevo) no ha sido regenerado, por ende, en su condición caída y pecadora lo que lo diferencia a él del creyente que peca, es que el que practica el pecado APRUEBA EL PECADO. Él no está en oposición directa al pecado, sino que está en consonancia con el pecado. El ama el pecado y su aprobación o aceptación del pecado es su marca distintiva de que no ha sido transformado y regenerado por Dios.

-El creyente que peca es diferente. Si analizamos romanos 7:17 Aquí Pablo habla de su lucha con el pecado. Habla en doble referencia también, su lucha contra el pecado siendo ya salvo, y la lucha por igual que sostiene todo creyente contra el pecado que, como bien señala Pablo en el verso 17, “sino el Pecado que mora en mí’. Pablo de forma magistral y técnica, opta una precisión teológica a los términos que usa en el verso 17. Pablo habla allí de un cambio radical que tiene el creyente verdadero al nacer de nuevo.

El término griego usado en el verso 17 (Ouketi) “Ya no” gramaticalmente es un adverbio negativo de tiempo que indica un cambio completo y permanente. Es decir, el nuevo YO del creyente nacido de nuevo (y se sobre entiende que también el verso Pablo se señala a si mismo) YA NO aprueba el pecador en su ser que todavía trata de aferrarse a nosotros por medio de la carne. Mientras que antes nosotros en nuestra vida sin Cristo aprobábamos el pecado desde nuestro interior, ahora nuestro nuevo ser interior y nuestro nuevo yo en Cristo no aprueba el pecado. Es decir, desaprobamos radicalmente el pecado.

Pablo expone esto de forma magistral y con gran adoración y exaltación a Dios al decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí, lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a si mismo por mí” (Gálatas 2:20).

En relación a la Homosexualidad, está práctica es pecado. Esto es mencionado en diversos textos biblicos (Génesis 19:1-13; Levítico 18:22; Romanos 1:26-27; 1ª Corintios 6:9).

Por ejemplo, el apóstol Pablo nos enseña en Romanos 1:26-27 que la homosexualidad es el resultado de negar y desobedecer a Dios. Cuando las personas como Jotta continúan en pecado e incredulidad, Dios “los entrega” a un pecado aún más malvado y depravado, a fin de mostrarles la inutilidad y desesperanza de la vida aparte de Dios. 1 Corintios 6:9 proclama que los “transgresores” homosexuales no heredarán el reino de Dios.

Dios puede salvar y cambiar la vida de una persona que vive y practica la Homosexualidad, pero no podemos negar en las escrituras que esté pecado separa al hombre de Dios. La continúa y consistente práctica de este pecado, y más si es aceptado por parte de la persona, demuestra que va en consonancia y ritmo con el pecado.

Miro con preocupación que la homosexualidad está buscando ser aceptada en la iglesia. Incluso, es tan fuerte esto que espiritualmente está atrapando a pastores, músicos, líderes y diáconos. Busca ser aceptado como algo que debemos amar, que debemos aprobar y que no debemos condenar. Tristemente hay líderes y pastores que hacen silencio a esto. Este mal y pecado está llevando a jóvenes y adultos a aceptarse a sí mismos y que Dios los ama así y no los condena. Tal aberración es una trampa y engañó de Satanás para pervertir a la iglesia.

La Homosexualidad es algo que debemos condenar, y por supuesto, ayudar a personas adictas a esto, pero jamás aceptarlo. Una persona que pastorea una iglesia siendo homosexual, debe ser expuesto y debe ser relevado de sus funciones. Esto aplica a cada miembro de la iglesia que ejerza una función en ella. Veo con preocupación el silencio en en púlpito ante este tema.

Lo más triste del caso es la cantidad de seguidores cristianos que están cimentados en la arena y que siguen a este joven ciegamente porque es popular o “adora a Dios”, verán esto como un Modelo a seguir y que si él “se aceptó a si mismo” siendo “cristiano” yo también puedo dirán algunos. Estos son los influencers que siguen muchos y tienen cómo ejemplo de vida y cristiandad. Es Lamentable esto.

En resumen, este joven jamás fue verdaderamente convertido, regenerado y salvado.

– Gerson Montiel.

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