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EL FEMINISMO ES LA VOZ DE SATANÁS

el feminismo no es cristianismo

Quiero comenzar este escrito diciendo que Dios bendiga a las mujeres que guardan su Palabra y que son de bendición para sus familias y la sociedad.

En nuestros  días se ha levantado una corriente que aparenta defender los derechos de la mujer, secularmente puede verse como la lucha de gente que busca tener una vida mejor; pero nada está más alejado de los estándares bíblicos que tal agenda.

El feminismo es el mismo Satanás diciéndole a la mujer come del fruto del árbol prohibido, y ya sabemos cuáles fueron las consecuencias de la desobediencia, miseria, destrucción y muerte a la humanidad, todo parece indicar que las mujeres están prestando atención a tal mensaje, y no tardará mucho tiempo en verse los resultados de hacerle caso.

Dios diseñó la familia con roles específicos, que han permitido el desarrollo de nuestra sociedad, pero el diablo en nuestros días le dice a la mujer, «rebélate», y con esto no digo que esté mal que una mujer salga adelante, profesionalmente, laboralmente o cuestión alguna de éxito, pero tenemos que tener entendido que al igual que el hombre cada rol tiene prioridades, y si no se respetan los roles establecidos por Dios, no esperemos que algo bueno provenga de ahí.

La violencia que estamos viviendo en nuestros días, hombres y mujeres asesinados, han sido una herramienta política para atizar el fuego de la ideología de género, para decir que todos los hombres son unos violadores, para dividir a hombres y mujeres e iniciar una guerra donde no la había. Pero el fin no es la igualdad, cabe señalar que hombres  y mujeres debemos ser  iguales ante la ley, pero aquí lo que se busca es control, político y económico.

Las mujeres están siendo presas del globalismo, que busca exterminar la raza humana, someterla y llevarla a los pies del Anticristo, al terminar con las libertades que han gestado las naciones que abrazaron la Reforma Protestante, trayendo una verdadera equidad basada en los preceptos bíblicos, donde la mujer es cuidada, sostenida y valorada, porque es lo que Dios quiere.

Quizá el problema después de todo no es que la mujer busque de alguna forma solucionar los problemas, sino que los hombres no están haciendo nada, y estamos dejando que las mujeres escuchen la voz del enemigo.

Debemos ser hombres que cuidamos nuestras familias, y que pongamos la masculinidad que Dios nos da al servicio de las personas que lo necesiten. 

El Evangelio es lo único que  puede rescatar a todo hombre o mujer de ser presa de la voz de la serpiente.

¡HOMBRES DEBEMOS VOLVER AL EVANGELIO!

Autor: Mike Gutiérrez.