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LAS ETAPAS DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

las etapas de la segunda venida de Cristo

Es necesario diferenciar entre la primera y la segunda venida de Cristo.

La primera pertenece a la historia; tuvo lugar hace casi 2000 años. La segunda pertenece a la profecía; es todavía futura.

Pero es necesario darse cuenta de que la Segunda Venida de Cristo no constituye un solo evento. Más bien, tiene lugar a lo largo de un período de tiempo y tiene cuatro etapas o fases.

Así, en este escrito deseamos distinguir estas fases.

En el lenguaje original del Nuevo Testamento, la palabra normal para «venida» significa «una presencia» o «un venir juntamente». Denota una llegada y una presencia subsiguiente. 

Se utilizaba con frecuencia de la llegada de un rey y de la visita que seguía a ella.

Incluso en la lengua castellana se utiliza la palabra «venida» de esta manera.

Por ejemplo, la venida de Cristo a Galilea trajo curación a multitudes. Aquí no significamos solamente el día que Él llegó a Galilea, sino también todo el período de tiempo que Él pasó en aquella zona.

Así, cuando pensamos en la Segunda Venida de Cristo, deberíamos pensar en un período de tiempo, más bien que en un evento aislado. Este período de tiempo tiene cuatro etapas, como sigue:

• Un principio.
• Un curso.
• Una manifestación.
• Un clímax.

1. El principio de la venida de Cristo.

El principio de la venida de Cristo es el Arrebatamiento o Rapto, esto es, la venida de Cristo a por Sus santos.

Él vendrá en el aire, los muertos en Cristo serán resucitados, los creyentes vivos serán transformados, y todos irán a la casa del Padre. Esto podría tener lugar en cualquier momento y tendrá lugar en un instante de tiempo.

Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, los que son de Cristo, en su venida (1 Corintios 15:22-23).

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto por palabra del Señor: que nosotros los que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras (1 Tesalonicenses 4:13-18).

Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos (2 Tesalonicenses 2:1).

Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca (Santiago 5:7-8).

Y ahora, hijitos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejamos de Él avergonzados (1 Juan 1:28).

Otros pasajes que se refieren al Arrebatamiento son Juan 14:1-4; 1 Corintios 15:51-54; Filipenses 3:20,21; 1 Tesalonicenses 1:10; Hebreos 9:28; 1 Juan 3:2; y Apocalipsis 22:7, 20.

2. El curso de la venida de Cristo

La segunda etapa, el curso de la venida de Cristo, incluye el Tribunal de Cristo, cuando se darán los premios a los creyentes por su fiel servicio.

Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? (1 Tesalonicenses 2:19).

y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo» (1 Tesalonicenses 5:23).

Ver también Romanos 14:10-12; 1 Corintios 3:11-15; 2 Corintios 5:10; 2 Timoteo 4:7,8.

Otro evento que probablemente debiera de incluirse en el curso de la venida de Cristo es la Cena de las Bodas del Cordero. Por su localización en el libro del Apocalipsis sabemos que ello tendrá lugar antes del glorioso reinado de Cristo. Lo incluimos aquí a pesar de que no se utiliza la palabra venida en relación con este suceso.

y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios (Apocalipsis 19:6-9).

Mientras que estos eventos están teniendo curso en el cielo, la tierra estará experimentando un tiempo de tribulación. Este será un período de aproximadamente siete años durante el cual Dios derramará Sus juicios, con una intensidad continuamente creciente, sobre la tierra (Daniel 9:27; Mateo 24:4-28; Apocalipsis 6-19).

La última mitad de este período recibe de una angustia y unos desastres de una severidad sin precedentes.

3. La manifestación de la venida de Cristo

La tercera fase es la manifestación de la venida de Cristo, esto es, Su retomo a la tierra en poder y gran gloria para reinar como Rey de reyes y Señor de señores. 

El Arrebatamiento no será presenciado por el mundo; tendrá lugar en un abrir y cerrar de ojos. Pero todo ojo verá a Cristo cuando Él venga a reinar. Por ello se le llama la manifestación de Su venida. Esta es la tercera fase de Su venida.

y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida. y del fin del siglo? (Mateo 24:3).

Porque como el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:27).

Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:37).

y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:39).

Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensisibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Tesalonicenses 3: 13).

y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tesalonicenses 2:8). 

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad (2 P. 1:16). (Aquí Pedro se refiere a la manifestación de la venida de Cristo tal como fue anticipada en el monte de la Transfiguración.)

Para otras referencias a esta tercera etapa de la venida de Cristo, ver Zacarías 14:4; Malaquías 4:1-3; Hechos 1:11; 2 Tesalonicences 1:7-9; Judas 14; Apocalipsis 1:7; 19:11-16.

4. El clímax de la venida de Cristo

La última etapa es el clímax de la venida de Cristo, la destrucción de los cielos y de la tierra con fuego.

Sigue al reino milenial de Cristo sobre la tierra. A ello se refiere la 2 Epístola de Pedro 3:4, 7-13: 

y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación . . . pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos, Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

En este capítulo leemos que en los últimos días surgirán burladores que negarán la probabilidad de la venida de Cristo. ¿A qué aspecto de Su venida se refieren? ¿Se refieren acaso al Arrebatamiento? No.

Probablemente no saben nada acerca del Arrebatamiento. ¿Se están refiriendo acaso a la venida de Cristo a reinar? No.

Es evidente que no es esto. Todo el contexto indica que lo que ellos están ridiculizando es el castigo final de todos los hacedores de maldad por parte del Señor. Se refieren a un último juicio supremo de Dios sobre la tierra, o lo que ellos denominan «el fin del mundo».

El argumento de ellos es que no tienen nada acerca de qué preocuparse. Dios no ha intervenido jamás en la historia y tampoco intervendrá en el futuro. Así, ellos creen que son libres de continuar en sus malvadas palabras y acciones. 

Pedro de respuesta a la burla de ellos señalando al tiempo, después del reino milenial de Cristo, cuando los cielos y la tierra que ahora conocemos serán totalmente destruidos.

Este clímax de la venida de Cristo tendrá lugar después del Milenio, y en la introducción del Estado Eterno.

Pero, dirá alguno, ¿cómo se sabe que la primera y tercera etapas, el Arrebatamiento y la Manifestación, constituyen eventos separados? La respuesta consiste en que se hallan diferenciados en las Escrituras de las siguientes maneras: