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¿CÓMO ES UNA MUJER CONTENCIOSA?

Woman yelling at man
Woman yelling at man
“Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. Quien la domine, podrá dominar el viento y retener aceite en la mano”. Proverbios 27:15-16

Pregúntese a sí misma, “¿Soy una mujer contenciosa?”

Tal vez esa pregunta es difícil de responder porque no está exactamente segura de qué es una mujer contenciosa.

Si revisamos la concordancia de Strong, la palabra contención significa: una disputa, riña, contienda, un espíritu peleonero, discutidor.

¿Son sus conversaciones con su esposo usualmente o muchas veces una pelea para ver quién ganará o logrará que las cosas se hagan a su manera? ¿Gana usted muchas veces?

Déjeme compartir con usted que yo era una mujer contenciosa y yo ganaba a menudo, o probablemente la mayoría del tiempo, ¡pero yo en realidad perdí! ¡Perdí a mi esposo y la vida familiar que teníamos!

• ¿Pelea con su esposo?

“Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla” Proverbios 17:14. No obstante, el mundo y los así llamados expertos en matrimonio, nos dicen que una buena pelea es en realidad buena para el matrimonio. ¡No lo crea! ¡Pelear DESTRUIRÁ su matrimonio!

• ¿Hay contiendas en su hogar? “Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete donde hay discordia” Proverbios 17:1. ¿Es usted la mujer gentil y callada de la que habla Pedro 3:4 quien es preciosa ante los ojos de Dios? (Vea “Las enseñanzas de tu madre”, en el libro “La mujer sabia edifica su casa: escrito por la necia que destruyó la suya con sus propias manos. Recuerde Oseas 4:6.)

• ¿Tiene usted un espíritu peleonero? “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues  ya sabes que terminan en pleitos” 2 Timoteo 2:23.

• ¿Es usted una “sabelotodo”? ¿O tiene solamente un comentario contrario a lo que su esposo dice? Dios nos dice que “Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez” Mateo. 5:25. ¡Manténgase lejos de la corte de divorcio!

• ¿Es usted respondona? “Enseña a los esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones” Tito 2:9.

• ¿Es usted una esclava de Jesucristo? ¿Él la ha comprado por precio? Entonces le debe a Él y debe tratar de agradarle.

Ahora que hemos visto lo que significa ser contenciosa, la Palabra de Dios menciona cinco veces cuán horrible es una esposa contenciosa.

Examinémoslo.
Una esposa contenciosa.

Mujer contenciosa.

¿Ha tenido alguna vez una llave que goteaba hasta volverla loca? “La mujer pendenciera es gotera constante” Proverbios 19:13.

A veces requiere que alguien llame la atención a esa gotera (tal vez un amigo o un suegro) para que su esposo lo note, pero una vez que lo ha notado, ¡eso es todo lo que podrá escuchar!

¿Se ha preguntado alguna vez por qué los hombres se mudan de sus casas, y a menudo con una ramera? Proverbios 21:9 dice que esto es porque “más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera”.

Mujer contenciosa y de mal genio.

De nuevo, un hombre preferiría vivir sin agua en el calor del desierto que con una esposa que lo desafía a él y a su autoridad. “Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio” Proverbios 21:19.

Dios es tan firme acerca de este versículo, que lo repite. ¿Está escuchando? “Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera”.

Una gotera constante. ¿Dios compara una gotera constante a la mujer contenciosa que eventualmente causa que una persona se vaya de la casa? ¿Por qué no simplemente arregla la gotera el hombre? ¡Porque Dios dice que eso es imposible!

“Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. Quien la domine, podrá dominar el viento, y retener aceite en la mano” Proverbios 27:15–16.

Siendo sujeta

Muchas de sus contenciones pueden estar arraigadas en el hecho de que usted cree que el matrimonio es una sociedad.

Esto es lo que yo creía y después descubrí que ¡no era verdad! En lugar de eso, Dios ha puesto a la familia, junto con el resto de la creación, en niveles de autoridad.

Nuestros esposos son nuestra autoridad. Esto es importante que lo entienda. “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3. “Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” Efesios 5:24.

¿Qué es la sumisión o el ser sujetas?

Es obedecer sin una palabra, aún si nuestro esposo está siendo desobediente. No es responder un insulto con insultos o amenazarle. 1 Pedro 3:9 dice: “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan…” “Más bien bendigan” quiere decir que responda a un insulto con un cumplido o una buena actitud “al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:2.

¿Es la sumisión aplicable hoy en día? “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” Hebreos 13:8. En Mateo 5:18 Jesús dice: “Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido”.

Cristo es la cabeza de todos los hombres. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios está sobre Jesús, y mi esposo (salvo o no) está sobre mí? “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es la cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3.

Conducta respetuosa.

Ahora que estamos seguras de que Dios está hablando a todas las esposas, ¿qué es lo que él manda? “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:1–2.

Estando sujetas.

“Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” Efesios 5:22–24. Esta Escritura explica que nuestra relación con nuestros esposos debe ser la misma que la de Cristo con la iglesia. ¿No es triste que muchas iglesias no se sometan a Cristo y a sus enseñanzas, justo como muchas mujeres no se someten a sus esposos? ¿Alguna correlación?

Mujeres santas.

¿Dónde está la esperanza en la sumisión? “Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban a Dios, cada una sumisa a su esposo” 1 Pedro 3:5. Nuestra esperanza y confianza está en Dios.

La raíz de la contienda… ¡estimación propia!

¿Cómo llegaron muchas mujeres a ser contenciosas? Nosotras como mujeres somos contenciosas porque nosotras que somos cristianas imitamos al mundo y el pensamiento del mundo.

Los libros que leemos, los consejeros que buscamos, las clases a las que asistimos, no reflejan la Palabra de Dios, la cual es pura y sin dobleces. La mayoría de las mujeres cristianas están llenas de psicología.

¡El veneno bañado en chocolate sigue siendo veneno! Mis hermanas en Cristo, la psicología es más peligrosa cuando está bañada en cristiandad ¡porque nos la comemos luego luego! Nos han lavado el cerebro para pensar que el “amor propio” o la “estimación propia” son cosas buenas, ¡pero no son otra cosa sino que ORGULLO! ¡¡Ese fue el pecado que resultó cuando Lucifer se convirtió en Satanás!!

La mujer contenciosa y orgullosa, la mujer que “lo sabe todo”, es la mujer que discute y quiere que las cosas sean a su manera— porque ella “piensa” que está en lo correcto. Y cuando está mal, su estimación propia necesita ser protegida. No hay nunca una palabra humilde o un “lo siento, yo estaba equivocada”. La mujer contenciosa ha estado condicionada a pensar que pedir una disculpa sería muy humillante.

Nuestro orgullo resulta en justicia propia, lo que es la razón por la que muchas mujeres revelan los pecados de sus esposos, ¡porque ellas no pueden ver sus propias pecaminosidades!

¿Cómo librarse de la contención y de la justicia propia?

Si confesamos. Como podemos ver claramente, vivir con una mujer contenciosa, que se basa en su justicia propia, no es nada menos que una pesadilla, no sólo para los esposos, sino también para los hijos.

Oremos y pidamos perdón a Dios. Busquemos su gracia para ayudarnos a ser mujeres amables y calladas quienes son preciosas ante sus ojos, así como ante los ojos de nuestros esposos. “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:9.

Confiese.

Cuando su esposo venga a la casa del trabajo o venga a visitar, pídale que le perdone por su contención y justicia propia. Si ya no tiene contacto con su esposo, busque oportunidad para decírselo en persona. (¡No lo llame!) “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz” Santiago 5:16.

Cuando esté confesando, no continúe y dé un “pequeño discurso”. Sólo dígale brevemente que Dios le ha convencido de que usted era escandalosa y discutidora, lo cual se debe a que es orgullosa y cree en su propia justicia. Dígale que con la ayuda del Señor, está orando para cambiar la manera de cómo ha sido.

Dele un beso y ¡abandone el lugar o diga adiós! Luego, confiese a sus hijos y explíqueles cómo Dios va a ayudarle a cambiar mediante la humildad. Muy a menudo ellos ven o escuchan acerca de los pecados de su padre; es importante que ellos vean que la separación o el divorcio no se debió solamente a la culpa de una de las partes.

Primero reconcíliese.

Si no se siente “dirigida” a ir y hacer estas cosas, nunca regrese a la iglesia. “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” Mateo 5:23–24.

Gracia a los humildes.

También, asegúrese de que usted es humilde; no sea tan orgullosa para decir así de fácil que es una mujer contenciosa. “‘Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.’ Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo” 1 Pedro 5:5–6.

Aquí la receta médica de Dios. “Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudieron apagar su sed allí” Éxodo 15:23.

Moisés arrojó un árbol en el agua, lo que fue una representación de la cruz del calvario. Usted debe así mismo arrojar la cruz en el mar de su amargura. Cristo murió para librarle de todo pecado, incluyendo sus discusiones contenciosas y orgullosas, y su conducta centrada en usted misma.

Dios dijo que si nos humillamos, buscamos su rostro y nos volvemos de nuestros malos caminos, él nos sanaría. En lugar de eso, nosotros seguimos “el consejo de los malvados” (Salmo 1:1) y somos “hombre que confía en el hombre” (Jeremías. 17:5), así que ahora sufrimos nuestras consecuencias— ¡sanidad superficial! “Curan por encima la herida de mi pueblo” Jeremías 8:11. “Curan por encima la herida de mi pueblo, y les desean: ‘¡Paz, paz!’, cuando en realidad no hay paz” Jeremías. 6:14.

En lugar de esto, debemos morir a nosotros mismos. “Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado” 2 Corintios. 5:15. Jesús debe ser nuestro ejemplo, siempre, en todas las cosas, de la manera que anduvo en esta tierra. “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús (humildad), quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente… y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” Filipenses 2:5–9.

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Autora: Erin Thiele

Categorías

Mujeres