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¿QUÉ ES LA SUMISIÓN BÍBLICA?

la mujer sumisa

La mujer cristiana debe comprender las implicaciones de la sujeción bíblica.

Sujetarse es una actitud, mientras que obedecer es la acción que generalmente resulta de tal actitud. Sumisión es “reconocimiento y aceptación voluntaria de la autoridad de otra persona.”

Es posible que haya obediencia sin sujeción. Sucede a menudo cuando uno obedece de mala gana, con amargura. No es ésa la voluntad de Dios ya que tanto valor tiene la actitud como la acción misma. Sin embargo, también existe la posibilidad de sujetarse (mantener una actitud piadosa) sin obedecer, y aún estar dentro de la voluntad de Dios.

La sujeción bíblica también se define como “aceptar que Dios puede perfeccionar su plan para mi vida a través de la persona que El ha puesto en autoridad sobre mí.” La mujer debe tener confianza en que el esposo será instrumento de Dios para que en ella se cumpla la voluntad divina.

A través de los años nuestra experiencia ha mostrado que, además del gozo que puede experimentar la mujer al obedecer al Señor en asuntos hogareños, ella siente alivio al comprender el significado de la línea de autoridad bíblica.

Una tercera definición de sujeción es: “Vaciarse del yo voluntariamente, es decir crucificar el orgullo, y en su lugar tener el deseo y propósito de servir.” Es una actitud que reconoce la autoridad que Dios le haya dado a otro a pesar de las debilidades humanas de ese otro.

Sujetarse es estar libre del deseo de hacer las cosas siempre “a mi manera”. Es una actitud que por lo general resulta en obediencia.

Asimismo, vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus esposas… Porque así también se adornaban en otro tiempo la santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos. Así obedeció Sara a Abraham, llamándole señor…

La sujeción no implica inferioridad ni superioridad. Jesús gozaba de una relación íntima con su padre, una relación al mismo nivel, y sin embargo estaba sujeto.

Sujeción tampoco sugiere que uno no tenga ni comparta una opinión; eso sería negar el profundo significado de “y los dos serán una sola carne”.

Sujetarse es ponerse bajo la autoridad de otro en forma voluntaria y porque Dios lo ha ordenado.

Autor: Jaime Mirón.

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Matrimonios, Mujeres

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